jueves, mayo 24, 2007

La vida de cuadritos: la realidad del bibliotecario supera a la ficción de las historietas.


Para nosotros, los profesionales de la información, se nos hace difícil hacernos de la vista larga a la hora de reflexionar con ojo crítico sobre la situación de violencia en cada uno de nuestros países. Yo tomo el caso de Puerto Rico. En uno de los diarios más leídos de mi país esta semana se han dedicado a presentar un reportaje especial por entregas en el que se explora el tema del narcotráfico con énfasis en la niñez, la juventud y sus reprcusiones sociales, económicas, morales y de calidad de vida en general. No creo que es nuestro deber quedarnos de brazos cruzados, pero tampoco soy de tirarme a la calle y hacer una huelga de hambre o una protesta con pancartas, aunque respeto a quien así crea que se solucionarán los problemas. Yo creo que los bibliotecarios, como líderes de gestión y administradores tenemos que tomar cartas en el asunto y desde el escritorio, el anaquel, el tablillero el "stepping stool" , el piso , entre otros lugares en donde nos encontremos, somos servidores a la comunidad que nos rodea. Necesitamos más que nunca fortalecer nuestros servicios, nuestros recursos, innovar a la hora de atraer a los usuarios, en especial a nuestra niñez y juventud, antes de que encuentren tentadoras ofertas que los alejen de una vida digna. No estoy diciendo que nos convirtamos en Barbara Gordon, o como mejor la conocen muchos, Batichica, quien de día dirige la biblioteca de la ciudad Gótica y de noche combate el crimen, junto a Batman y Robin. Pero les pido que de alguna manera, nos enamoremos de nuestra labor social y salgamos del marco de los cuadritos de las historietas y veamos la realidad desde afuera. Veamos que aunque empecemos con poco a la larga podemos hacer mucho. Nuestro camino por la vida laboral es mucho más que los días 15 y 30, las vacaciones a Disney World, plan de retiro y plan médico. Podemos tocar vidas y ayudar a transformarlas. Podemos sembrar en tierras fértiles con la esperanza de que germine y florezcan ciudadanos de bien. Nuestra realidad supera la ficción, así que nos podemos convertir en super héroes al combatir el analfabetismo, la desinformación, la desigualdad de oportunidades, entre muchas otras cosas. Seamos gestores de cambio.
Foto del interior de la biblioteca de la Escuela Pedro Albizu Campos en la provincia de Matanzas en la república hermana de Cuba. Tomada por esta servidora, Cindy Jiménez Vera en julio de 2005. Todos los derechos reservados.

viernes, mayo 18, 2007

Comentario sobre el artículo: "Core competencies" de Robert F. Moran Jr.


Aunque la biblioteca, sus usuarios, sus necesidades o el entorno de la misma cambien, lo cual es muy natural con el paso de los años, existen unas competencias fundamentales que cada bibliotecario, como profesional de la información del siglo XXI debe poseer. Aunque la American Library Association (ALA) y otras asociaciones profesionales tengan su listado de las competencias que a su entender debamos tener, Moran (2005) plantea en su artículo que todas ellas deben estar basadas en las cuatro funciones básicas y primordiales de una biblioteca. Las mismas son: el desarrollo de colecciones, el acceso a la información, los servicios a los usuarios y el papel de la biblioteca como "lugar de encuentro entre el usuario y la información." El desarrollo de colecciones es un proceso continuo en el que el bibliotecario se encarga de seleccionar material con un contenido apropiado a la comunidad que se verá afectada. La colección debe estar accesible, se debe tener total manejo de la misma y saber preservarla. El acceso a la información consiste en organizar y proveer fácil acceso a los servicios de información. Los servicios a los usuarios consisten en ayuda directa a los mismos para que identifiquen su necesidad de información, identifiquen cuales fuentes les pueden cubrir esa necesidad, utilizar los recursos e inclusive instruir al usuario a utilizar la biblioteca para su beneficio. El concepto de la biblioteca como lugar de encuentro entre los individuos y la información, a pesar de los surgimientos de las referencias virtuales e Internet, es y seguirá siendo una realidad, aún dentro de la virtualidad. Estas funciones básicas según Moran (2005), tienen que estar cimentadas en unos valores. Los mismos son: el servicio, acceso, igualdad, aprendizaje de por vida, compromiso con la profesión y amor por la academia. Sólo de esta fusión entre funciones básicas y valores es que podríamos hablar de unas competencias. Sería interesante hacer un ejercicio comparativo entre lo que la ALA y otras organizaciones profesionales han puesto en su lista de competencias del profesional de la información del siglo XXI para ver si las mismas se basan en las funciones de la biblioteca fusionadas con los valores que debe poseer el bibliotecario. Les invito a hacer este ejercicio y a que comenten sus resultados.





Obra citada:
Moran, R.F., Jr.(2005) "Core Competencies" Library Administration &
Management v.19 no.3 , p.p. 146-148.


Foto recuperada el 18 de mayo de 2007 de: http://www.ala.org/ala/alonline/index.cfm